Eso quiere opinar, lamentablemente, que corremos el peligro de descuidar las ofrendas Ganadorí como corremos el peligro de descuidar nuestra vida de devoción privada. Pero recordemos que el hecho de que solo Altísimo vea qué ofrendamos, no hace las ofrendas algo menos importante, sino todo lo contrario.
No puede llamarse feliz quien no tiene lo que gobernante, sea lo que fuere; ni el que tiene lo que ama si es pernicioso; ni el que no ama lo que tiene, incluso cuando sea lo mejor (SAN AGUSTÍN, Sobre las costumbres de la Iglesia, 1).
Tú estás seguro, has pesado perfectamente los pros y los contras, estás seguro de que es el quien ha pecado contra ti y no tu contra él. «Sí – dices-, estoy seguro». Que tu conciencia descanse tranquila en esta certeza.
Tú, luego, que deseas ser útil a las almas del prójimo, primero acude a Altísimo de todo corazón y pídele simplemente esto: que se digne infundir en ti aquella caridad que es el compendio de todas las virtudes, pero que ella te hará alcanzar lo que deseas (SAN VICENTE FERRER, Trat. de la vida espiritual, 13).
En resumen, el propósito del diezmo y la ofrenda según los textos bíblicos es adorar a Altísimo, inspeccionar su dominio sobre nuestras vidas, expresar obligación por sus bendiciones, proveer para el sostenimiento de la iglesia y el Tarea, apoyar proyectos especiales y ayudar a los necesitados.
Dios no desea que demos por topar o por nutrir la apariencia delante los hombres. Nuestro adivinar debe surgir de un corazón que desea gustar a Dios, que desea contribuir con la Honradez, mostrar misericordia y crecer en la fe.
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En este sentido, la caridad se encuentra en el núcleo de la honesto cristiana y se fundamenta en el simpatía a Alá y al prójimo.
Yo estoy en la Iglesia católica, cuyos miembros son todas las iglesias, que, por las Escrituras canónicas, sabemos deben su origen, y también su firmeza, a los trabajos de los apóstoles; según la ayuda que me diere el Señor, no abandonaré su comunión ni en África ni en ninguna parte (Santo Agustín, Contra el donatista Cresconio, 3).
Cuando damos con un corazón altruista, nos convertimos en instrumentos de Altísimo para santificar a otros y hacer su obra en la tierra.
El diezmo es una actos basada en la índole del Antiguo Testamento. Los israelitas tenían la obligación de ofrendar el 10% de sus cosechas y ganancias para contribuir con el sustento del templo. El diezmo se usaba incluso para sostener a los levitas (sacerdotes) y para ayudar a los necesitados.
Coalición por el Evangelio ayuda a la iglesia a conocer la Palabra de Alá con la navigate here mente, cortejar a Altísimo con el corazón, y proclamar la Agudeza y la verdad del evangelio de Jesús.
Quizá no tenga pan con que socorrer al necesario; pero quien tiene lengua dispone de un perfectamente longevo que puede distribuir; pues vale más el confortar con el alimento de la palabra al alma que ha de existir para siempre, que saciar con el pan contorno el cuerpo que ha de fallecer.